Árnica Montana: propiedades, contraindicaciones y toxicidad
La árnica montana, también conocida como estornudadera y tabaco de montaña, es una planta medicinal asombrosa originaria de Europa y que podemos encontrar en la vertiente pirenaica, en el norte de Portugal y de Italia, en Croacia y en Moldavia.
Esta planta pertenece a la familia de las flores compuestas. Sus flores son de color amarillo anaranjado, sus hojas están cubiertas por pelos, con un aroma similar al de la manzanilla y con una altura que puede superar el medio metro.
El árnica montana es una planta silvestre y perenne, que crece en la montaña desde los 700m a los 1500 metros de altura. A día de hoy goza de una gran popularidad gracias a sus numerosos beneficios para la salud y es que de hecho esta planta se utiliza para numerosas afecciones.
Árnica Montana, una especie protegida
La árnica montana ha sido una planta muy buscada precisamente por sus propiedades medicinales, tanto que a día de hoy es una especie protegida en muchos países europeos debido a que el número de ejemplares ha ido disminuyendo considerablemente.
Otro factor que ha obligado a proteger a esta especie es la contaminación. De hecho, la contaminación de muchas montañas europeas ha llevado a esta planta al peligro de extinción. La árnica montana es una planta muy sensible a la contaminación. No puede vivir en ningún suelo donde haya un mínimo residuo de nitrógeno. Esto a llevado a que hoy en día esta planta sea cultivada en campos.
[Tweet «Nunca cojas árnica silvestre. Es una especie protegida en peligro de extinción»]
Propiedades medicinales del Árnica Montana
Las virtudes medicinales de esta planta se deben principalmente a su alto contenido en flavonoides, lactonas sesquiterpénicas, ácido cafeico y ácido clorogénico, que le otorgan sus propiedades curativas.
La árnica montana se caracteriza por ser analgésica, rubefaciente, antiinflamatoria, analgésica, antibacteriana, astringente, fungicida, cicatrizante, antitumoral, colerética y vulneraria.
Esta planta calma el dolor y evita infecciones. Se utiliza desde la antigüedad para aliviar dolores producidos por golpes, contusiones, esguinces, caídas, rozaduras, torceduras, inflamaciones… y también para tratar problemas de la piel.
Sus propiedades rubefacientes hacen aumentar el calor en las zonas doloridas evitando que salgan moratones o haciendo que éstos desaparezcan.
[Tweet «Debido a su toxicidad la árnica montana no se puede consumir. Sólo se utiliza de forma externa.»]
Teniendo todo esto en cuenta, podemos utilizar árnica montana vía tópica para:
- Estimular la circulación sanguínea
- Aliviar el dolor por traumatismos, golpes, desgarros musculares…
- Evitar la formación de moratones o ayudar a eliminarlos
- Reducir la inflamación
- Indicada en casos de congelaciones
- Mejorar problemas de la piel como el acné y evita infecciones de heridas al mismo tiempo que favorece la cicatrización
- Evita la aparición de estrías en la piel
- Acelera la recuperación de esguinces, tendinitis, luxaciones…
- Contribuye a mejorar las afecciones de las vías respiratorias
- Mejora la artritis reumatoide
- Útil para tratar faringitis y amigdalitis
- Elimina los hongos
- Favorece la salud bucal, concretamente de las encías.
- Evita los mareos en los viajes
Árnica Montana en Homeopatía
En el siglo XVIII el árnica empieza a tener un papel importante y empieza a ser objeto de numerosas tesis de medicina científica.
En estos estudios ya se evidencia la toxicidad de la planta y se recomienda prudencia también por ser un remedio que en pequeñas dosis.
Fue así como Hahnemann, el fundador de la homeopatía, se ve influenciado por esta planta, siendo a día de hoy uno de los remedios homeopáticos más utilizados.
En homeopatía se extrae una cantidad ínfima de árnica montana para tratar diversas patologías. Para ello la tintura madre se diluye en agua o en alcohol. En el caso de las dosis en glóbulos y gránulos se añade una cierta cantidad de sacarosa y lactosa.
La árnica montana en homeopatía se utiliza para tratar distintos problemas traumatológicos, para aliviar el dolor y limitar los hematomas, para tratar estados infecciosos con adinamia, para trastornos de fragilidad de la dermis y para reducir el dolor de las picaduras de insectos entre otros.
Toxicidad de la árnica montana
La árnica montana es una planta tóxica, no se debe ingerir. Por ello sólo se emplea por vía externa ya que incluso en dosis mínimas puede tener efectos nocivos para la salud.
El timol, cineol, ácido cafeico y ácido clorogénico son los componentes que le otorgan a esta planta medicinal su toxicidad.
Tomada por vía interna puede provocar diferentes efectos adversos como vómitos, dolor de cabeza, nerviosismo, diarreas y malestar general.
En aquellas personas que sean alérgicas a alguno de sus componentes puede provocar eczemas, dermatitis e incluso destruir los tejidos.
También cabe destacar de que en mujeres embarazadas tanto la tintura como otros elaborados con árnica pueden desencadenar un aborto.
En dosis elevadas puede derivar en una parada cardiorespiratoria, basta un par de cucharadas de tintura de árnica para causar la muerte de un adulto.
Contraindicaciones de la árnica montana
Debido a su toxicidad y a su composición, no se recomienda el uso de esta planta en las siguientes condiciones:
- Nunca se debe ingerir
- Se desaconseja aplicarla en heridas abiertas
- No se recomienda su uso en mujeres embarazadas o en periodo de lactancia
- No utilizar en pieles sensibles
- Las personas alérgicas a las flores compuestas deben evitar el uso de esta planta
Además se ha de tener en cuenta de que en las pieles sensibles, sas propiedades rubefacientes de la árnica montana pueden tener efectos y provocar reacciones alérgicas como enrojecimiento, dermatitis, ampollas…
En este caso, se recomienda utilizarla en pequeñas cantidades y no prolongar demasiado tiempo su uso.
Remedios caseros con árnica montana
La árnica montana también se puede utilizar para elaborar diferentes tratamientos medicinales ya sea en forma de infusión, tinturas o ungüentos.
- Infusión: en una taza de agua, añadimos una cucharadita de la planta seca y podemos aplicarla sobre la piel en la zona afectada.
- Tintura de árnica montana: diluyendo 20 gotas de tintura en una taza de agua y aplicándola sobre la piel.
- Aceite vegetal de árnica montana: aplicándolo dos veces al día sobre la zona afectada masajeando hasta que la piel lo absorba.