Intoxicaciones alimentarias: cómo evitarlas
Las intoxicaciones alimentarias están más presentes en ciertas épocas del año, en las que tendemos a consumir más alimentos que tienen un mayor riesgo de estar contaminados. Cada año unas 40.000 personas en Europa sufren intoxicaciones alimentarias, provocando más de 3000 hospitalizaciones y unas 20 muertes.
Intoxicaciones alimentarias: causas y síntomas
Las intoxicaciones alimentarias ocurren cuando se ingiere un alimento o se bebe agua que contiene bacterias, parásitos, virus o toxinas producidas por estos microorganismos.
Concretamente, por lo general las intoxicaciones alimentarias ocurren después de comer o beber, cuando se manipulan o conservan alimentos de una forma inadecuada:
- Alimento preparados por alguien que no se ha lavado las manos adecuadamente.
- Alimento elaborado utilizando utensilios de cocina como tablas de cortar y otros utensilios que no están limpios.
- Productos lácteos o alimentos que contengan mayonesa que hayan estado fuera del frigorífico bastante tiempo.
- Alimentos congelados o refrigerados que no se conservan con la temperatura adecuada o que no se recalientan a la temperatura correcta.
- Pescados y mariscos crudos.
- Frutas y verduras que no se han lavado bien.
- Carnes o huevos mal cocidos.
- Agua proveniente de pozos o arroyos, así como aguas de ciudades o pueblos que no han sido tratadas.
¿Cómo se contaminan los alimentos?
En la mayoría de casos, el origen está en bacterias comunes como el Estafilococo, Escherichia Coli, Salmonela, Shigella… La contaminación del alimento puede suceder de varias formas:
- Carne de res o de aves entra en contacto con las bacterias de los intestinos de un animal que se está procesando.
- El agua utilizada en los cultivos puede contener estiércol o deshechos humanos.
- Cuando los alimentos se preparan de forma insegura en hogares, tiendas o restaurantes .
Los principales síntomas que provocan las intoxicaciones alimentarias son náuseas, vómitos, diarreas, dolor abdominal, pérdida de apetito y debilidad.
Los niños y las personas mayores son los que tienen un mayor riesgo de intoxicación por alimentos. También aquellas personas que:
- Padecen una afección seria, como enfermedad renal, diabetes, cáncer o VIH.
- Tienen el sistema inmunitario debilitado.
- Viajan a áreas en donde hay más exposición a los organismos que causan dicha intoxicación alimentaria.
- Las mujeres embarazadas y lactantes tienen que ser especialmente cuidadosas para evitar la intoxicación alimentaria.
Consejos para prevenir intoxicaciones alimentarias
Para poder prevenir y evitar todo tipo de intoxicaciones alimentarias, primero debemos tener claras las formas seguras de preparar y conservar los alimentos. Con estos consejos podrás evitarte un disgusto tanto en casa, como a la hora de comer fuera o viajar.
1.- Mantener una buena higiene a la hora de cocinar
Es muy importante lavarse las manos con agua y jabón, antes y después de preparar los alimentos. También lo es disponer de un espacio limpio y libre de contaminaciones. La nevera y el congelador han de estar limpios y aquellos alimentos que no requieren ser conservados en frío, se han de almacenar en un lugar seco y fresco, con una buena ventilación y siempre alejados de fuentes de calor o de la luz directa del sol. El cubo de la basura de he tener siempre tapa y los productos de limpieza que tengamos en la cocina, han de permanecer alejados de los alimentos, de trapos, bayetas y utensilios de cocina. En cuanto a trapos y bayetas hay que lavarlos después de cada uso. Nunca se debe poner carnes o pescados cocinados si han estado previamente en el mismo plato crudos.
2.- No preparar más comida de la que se va a consumir
Debemos ceñirnos a la cantidad justa de comida que hemos de preparar. No se recomienda elaborar grandes cantidades de comida, a no ser de que se vaya a congelar. Las sobras no debemos mantenerlas en el frigorífico más de 48/72 horas, así como tampoco recalentarlas más de una vez.
3.- Controlar el consumo de pescados y mariscos
Se recomienda limitar el consumo de pescados, mariscos y productos lácteos no pasteurizados. También de ensaladas, todo tipo de salsas, natas, etc… Sobre todo cuando el consumo no se produce de forma inmediata. Evitar cualquier alimento que tenga un olor inusual y un sabor a podrido
4.- Contaminación cruzada
Evita utilizar los mismos utensilios para elaborar diferentes alimentos crudos o cocinados. Por ejemplo, no utilices el mismo cuchillo con el que cortas carne para cortar pescado,u otro alimento.
5.- Prepara los alimentos al momento
Si preparamos los alimentos con antelación, después corremos el riesgo de no conservarlos de una forma correcta y de sobrepasar el tiempo adecuado incrementando el riesgo de que los microorganismos proliferen.
6.- Temperaturas seguras
Los alimentos se deben mantener a temperaturas seguras. El rango de riesgo oscila entre los 4º y 65º, que es cuando los microorganismos se multiplican con rapidez. Por debajo de los 4º aunque los microorganismos no se multiplican, permanecen vivos, con lo que hay que tener especial precaución cuando sacamos un alimento de la nevera ya que a medida que aumenta de temperatura, se van multiplicando los microorganismos. A partir de los 65º se consigue matarlos. Por otro lado, a la hora de descongelar algún alimento se debe hacer en la nevera o en un lugar fresco.
7.- Congelar el pescado previamente
Congelar el pescado al menos a -20º durante un periodo de 72 horas para evitar que los microorganismos se desarrollen. Además de esta forma impedimos que se deteriore y el riesgo de persistencia del parásito anisakis.
8.- Cocciones a más de 65º
Se recomienda cocinar los alimentos a más de 65º durante al menos 2 minutos ya que a partir de esta temperatura los microorganismos comienzan a degradarse, siendo más efectivo si se mantiene esta temperatura o se aumenta, durante más tiempo.
9.- Lavar bien frutas y verduras
El lavado de frutas y verduras debe ser riguroso ya que muchas bacterias pueden estar presentes en productos frescos. Ésto se debe hacer antes de pelarlas, cortarlas, comerlas o cocinarlas, siempre.
10.- Cuidado con las conservas
Con las conservas debemos tener cuidado y no comprar aquellas latas que estén abolladas, abombadas o tengan cualquier tipo de golpes, o presenten zonas oxidadas. También debemos deshechar cualquier conserva que desprenda gas al abrirla. Si se envasan alimentos en casa, hay que asegurarse de seguir las técnicas de enlatado apropiadas para prevenir el botulismo.
11.- Atención con los huevos
Cocina los huevos hasta que estén sólidos, no demasiado blandos, y no consumas alimentos que puedan contener huevos crudos.
12.- Cuando comemos fuera de casa
Hay que tener especial cuidado cuando comemos fuera de casa: bufetes, vendedores callejeros, comidas informales y comidas preparadas. Asegúrate de que la comida fría se mantenga a la temperatura adecuada ya sea en frío o en caliente. Si vamos de viaje, sobre todo en zonas donde el riesgo de contaminación es mayor, se recomienda beber siempre agua previamente hervida y evitar los cubitos de hielo.