Rinitis alérgica: causas y tratamientos
Hablamos de rinitis alérgica cuando existe una inflamación crónica de las mucosas nasales caudada por una alergia a alguna sustancia o a ciertos alimentos. Puede presentarse sola o bien acompañada de otras enfermedades alérgicas como es el caso de la conjuntivitis alérgica.
Diferentes tipos de rinitis
Aunque vamos a centrar el post en la rinitis alérgica, esta enfermedad no tiene por que ser siempre de origen alérgico. Por ello, dependiendo de la causa de la misma podemos hablar de diferentes tipos de rinitis.
Rinitis Alérgica:
Aquella causada por la alergia a algún alérgeno, de carácter estacional. Es pasajera ya que se trata de una reacción del sistema inmunológico frente a la presencia de determinadas sustancias (alérgenos). La mayoría de casos se producen durante la primavera debido a la alergia al polen.
Rinitis Aguda:
También de carácter estacional, la rinitis aguda es uno de los síntomas del resfriado o la gripe. Está causada por virus o bacterias.
Rinitis Crónica:
No tiene carácter estacional. Se produce cuando el alérgeno que causa la alergia son elementos como los ácaros, los pelos de animales o por otras sustancias presentes en el ambiente.
Rinitis hormonal:
Se produce como consecuencia de la variación de los niveles plasmáticos de ciertas hormonas. Este tipo de rinitis se ve con frecuencia en mujeres embarazadas (rinitis gestacional) ya que se produce por un incremento de los niveles de estrógenos que causa una mayor secreción y viscosidad de las glándulas nasales. Las personas que padecen diabetes, así como aquellas con hipotiroidismo también son más propensas a padecer rinitis hormonal.
Rinitis atrófica:
Se trata de un tipo de rinitis crónico cuyo origen se desconoce. Se produce por una atrofia en la mucosa nasal que provoca que se formen costras dentro de la nariz que desprenden mal olor. Los pacientes con este tipo de rinitis pierden el sentido del olfato y pueden tener hemorragias nasales con frecuencia.
Rinitis vasomotora:
También de carácter crónico, se caracteriza por una dilatación de los vasos sanguíneos de la membrana de la nariz, provocando goteo nasal y estornudos. A pesar de ser crónica es intermitente, apareciendo cuando el paciente se expone al humo del tabaco, a cambios de temperatura, olores fuertes, humedad o ambientes muy secos.
Causas de la rinitis alérgica
La rinitis alérgica se manifiesta mediante un conjuntode síntomas cuando la persona inhala alguna sustancia a la que es alérgica, como puede ser el polen, picaduras de avispa o abeja, medicamentos, los ácaros del polvo o la caspa de animales, aunque en menor frecuencia, también puede estar causada por la alergia a algún alimento. Cuando está causada por una alergia al polen o por partículas ambientales se la conoce como la fiebre del heno.
Cuando el paciente entra en contacto con el alérgeno que le causa la alergia, provoca una inflamación crónica de las capas internas de la nariz provocando que la actividad nasal reaccione de manera excesiva frente a una serie de desencadenantes.
La fiebre del heno consiste en una reacción alérgica al polen. A menudo es hereditaria, sobre todo cuando tanto padre como madre la sufren y también se es más propenso en el caso de que sea la madre quien tenga rinitis alérgica.
Las plantas que la causan son árboles, pastos y malezas cuyo polen es transportado por el viento. En el caso del polen de las flores, éste es transportado por los insectos y no causa fiebre del heno.
Dependiendo de la cantidad de polen presente en el aire el desarrollo de los síntomas puede verse afectado. Por ejemplo, los días secos, calientes y con viento son más propensos a disponer de altos niveles de polen en el aire, mientras que los días fríos, lluviosos y húmedos, la mayor parte del polen no se mantiene en el aire porque cae al suelo.
Síntomas de la rinitis alérgica
La rinitis alérgica tiene unos síntomas muy específicos, principalmente:
- Mucosidad abundante, habitualmente transparente y en forma de goteo.
- Picor de nariz.
- Congestión nasal.
- Imposibilidad de conciliar el sueño
- Cefáleas, falta de concentración
La tos es otro síntoma de la rinitis alérgica. Se produce como consecuencia de la mucosidad que puede provocar carraspera y tos. Ésta puede ser irregular y parecerse mucho a una tos nerviosa, pudiendo ser en ocasiones intensa, irritativa y en ataques, sobre todo por la noche.
Debido a la congestión nasal, se puede dar que aparezcan ojeras, pérdida del olfato, cefáleas, hemorragias nasales. picor de oídos y del paladar.
Hay que tener en cuenta de que estos síntomas no son exclusivos de la rinitis alérgica, sino que pueden aparecer con cualquier tipo de rinitis. Por otro lado, también vemos estos síntomas en resfriados y gripes, lo que en muchas ocasiones provoca confusión pensando que se puede tratar de un resfriado cuando en realidad estamos ante una rinitis alérgica.
¿Cómo aparecen los síntomas de la rinitis alérgica?
Una vez expuestos a los alérgenos, los síntomas se pueden presentar de forma muy variada en cualquier época del año, siendo la primavera donde se producen la mayoría de casos. Los síntomas puedeno durar desde unos minutos, hasta meses. Éstos pueden ser en ocasiones casi imperceptibles y en cambio en otras ocasiones, severos y muy molestos.
En ocasiones pueden predominar los estornudos, o los picores, a veces la mucosidad y otras veces el taponamiento de la nariz. Algunas personas pueden tener solo un síntoma, mientras que otras pueden tenerlos todos.
Según la frecuencia de los síntomas, éstos pueden ser:
- Intermitentes: Menos de 4 días al año o menos de 4 semanas al año.
- Persistentes: Más de 4 días a la semana y más de 4 semanas al año.
Cuando los síntomas de la rinitis alérgica interfieren en el trabajo, la escuela, el ocio o cualquiera de nuestras actividades diarias, incluído el sueño, se considera que la rinitis alérgica es grave. En estos casos el paciente puede ver reducida su calidad de vida por lo que la mejor opción es que la rinitis sea tratada y controlada por un médico.
Diferencias entre rinitis alérgica y resfriado común
Es muy frecuente confundir un resfriado con una rinitis alérgica. Podemos sospechar que estamos ante una rinitis cuando los síntomas aparecen de manera muy frecuente y repetida. En el caso de niños pequeños, estos síntomas son muy frecuentes y suelen estar causados por resfriados. Por ello, en edades entre los 3-5 años puede resultar más difícil diferenciar entre una patología u otra. En cambio, en niños mayores de 5 años, los resfriados no son tan frecuentes, siendo más probable que los síntomas se deban a algún tipo de alergia.
Cuando los síntomas aparecen en invierno, no siempre pueden deberse a un resfriado común ya que en esta estación, también hay muchos tipos de alergia. Para poder diferenciar entre un resfriado y una rinitis alérgica lo primero que debemos tener en cuenta es que en el caso de un resfriado los síntomas son muy claros:
- Hinchazón de ojos
- Congestión nasal
- Estornudos
- Dolor de cabeza
- Malestar general
- Fiebre
Aunque estos síntomas coinciden con los de la rinitis alérgica, en el caso de un resfriado suelen durar poco tiempo, no más de 15 días. Además, si tomamos medicación reduciremos este tiempo a una semana, mientras que en el caso de las alergias los síntomas duran mucho más y aunque se aplique un tratamiento, éstos seguirán estando presentes.
Un signo que determina que estamos ante un resfriado es la fiebre que no veremos en una rinitis. La mucosidad también nos puede indicar si estamos ante un catarro o una alergia ya que mientras en el caso de una rinitis la mucosidad es siempre acuosa , en el caso de un resfriado suele ser acuosa en sus inicios pero a menudo que pasan los días se vuelve más espesa y más difícil de expulsar.
El dolor muscular y la debilidad es otro signo de resfriado que no observaremos en una rinitis alérgica. Lo mismo sucede con la tos, ya que ésta solo se presentará en un caso de alergia cuando el paciente tenga también asma.
¿Cómo se diagnostica una rinitis alérgica?
Principalmente se diagnostica por los síntomas que presenta aunque en ocasiones se pueden realizar algunos análisis de la mucosidad u otras pruebas funcionales para asegurar el diagnóstico.
Para diagnosticar una rinitis alérgica primero se ha de comprobar que el paciente tenga alguna alergia mediante pruebas en la piel o análisis de sangre.
Las personas que sufren síntomas severos deben realizarse un estudio profundo y seguir el tratamiento recomendado para evitar complicaciones o un empeoramiento.
El diagnóstico se lleva en cada paciente de forma individual tras haber descartado otras enfermedades que pudieran generar confusión. Se suele estudiar en primer lugar si existe una alergia. En el caso de que no se encuentre, se trataría como una rinitis no alérgica pero para poder diagnosticar cualquier otro tipo de rinitis es necesario valorar todos los síntomas y realizar las pruebas necesarias.
Tratamiento de la rinitis alérgica
Cuando los síntomas son agudos se recurre a antihistamínicos fundamentalmente. Por otro lado, se pueden recurrir a tratamientos preventivos para disminuir la inflamación de las fosas nasales.
Cuando se averigua la causa se recurre al tratamiento etiológico (tratamiento de la causa), que consiste en eliminar la causa de la rinitis o en hacer que el organismo se adapte a la causa sin causar daños.
Medidas de control ambiental
Ante un caso de rinitis alérgica, el primer paso es evitar el contacto con el alérgeno. Por ejemplo, utilizar productos antiácaros, ropa de cama hipoalergénica, filtros de polen, productos de farmacia y cosmética hipoalergénicos…
Medicamentos
Los medicamentos se utilizan para aliviar los síntomas pero no tratan la causa de la enfermedad. Los más utilizados son los antihistamínicos en spray nasal o comprimidos, así como los corticoides tópicos y orales.
Inmunoterapia
La inmunoterapia hace referencia a las vacunas de la alergia. Es el único tratamiento disponible que puede alterar el curso natural de la alergia. Consiste en la administración del alérgeno al que se es alérgico en dosis crecientes con el objetivo de provocar una regulación del sistema inmunológico.
Mediante la vacunación se pretende disminuir los síntomas ante la exposición al alérgeno causante.
Medicamentos para tratar la rinitis alérgica
Antihistamínicos:
Se utilizan frecuentemente para tratar los síntomas de la alergia cuando éstos no ocurren con mucha frecuencia o no duran mucho tiempo. Muchos de ellos, sobre todo los más viejos, pueden causar somnolencia siendo inseguro para los adultos que han de conducir o manejar maquinaria. En el caso de los niños esta somnolencia puede afectar a la capacidad de aprendizaje.
Los antihistamínicos se pueden comprar en forma de comprimidos, cápsulas o líquidos. Los aerosoles nasales antihistamínicos ofrecen buenos resultados para tratar la rinitis alérgica.
Descongestionantes
Los descongestionantes son medicamentos seguros que nos ayudan a secar la nariz cuando la tenemos congestionada o tapada. Se pueden comprar en forma de comprimidos, cápsulas, líquidos o aerosoles y se pueden utilizar junto con los antihistamínicos. Los aerosoles nasales con corticosteroides son el tratamiento más efectivo.
Los medicamentos descongestionantes ofrecen mejores resultados cuando se utilzan todos los días pero hay que tener en cuenta de que pueden pasar 15 días o más de uso constante hasta que los síntomas mejoren.
En el caso de los descongestionantes nasales en aerosol no se recomienda su uso durante más de 3 días seguidos.
Lavados nasales
Cuando la rinitis alérgica es leve los lavados nasales son muy efectivos para eliminar el moco de la nariz. Se pueden comprar en la farmacia o prepararlos en casa. Para ello, tan solo necesitas 250ml de agua tibia, 1/2 cucharadita de sal y una pizca de bicarbonato de sodio.
Tratamientos naturales para la rinitis alérgica
Cuando la rinitis alérgica o fiebre del heno es leve, los remedios naturales nos pueden funcionar muy bien para paliar sus síntomas. Estos remedios se suelen basar entre otros, en el uso de plantas medicinales como:
Regaliz
Muy utilizado en la medicina tradicional China, el regaliz posee propiedades antiinflamatorias con unos efectos tan potentes que está considerado como la cortisona natural. Su raíz se emplea en el tratamiento de las alergias gracias a su poder antiinflamatorio, a su capacidad para combatir la tos y como expectorante. Se puede consumir en insfusiones, extractos naturales, pastillas o chupando directamente su raíz.
Las personas con hipertensión y aquellas que tomen medicación no deben consumir regaliz sin control médico.
Ortiga
La ortiga, pese a estar por muchos considerada una mala hierba, personalmente es una de las plantas medicinales que más me gustan. Además de favorecer la circulación y de su alto poder depurativo, entre otros, la ortiga ayuda a bloquear los efectos de la histamina en personas alérgicas al polen y a más a más, ayuda a frenar y evacuar la mucosidad y los ataques de estornudos.
Podemos consumirla en forma de infusión o extracto natural, aunque también podemos preparar una sopa de ortiga, plato típico de los Pîrineos.
Miel y polen de abeja
Consumir habitualmente miel o polen contribuye entre otras muchas cosas, en exponer al organismo a cantidades reducidas del alérgeno con lo que en consecuencia se consigue que el cuerpo se vaya acostumbrando a él reduciendo la reacción alérgica en primavera.
Para las personas alérgicas se recomienda iniciar un consumo moderado para evitar una posible reacción alérgica. En el caso del polen, se debe empezar por un gránulo e ir aumentando otro cada día hasta alcanzar media cucharadita. En el caso de notar cualquier reacción se debe parar el consumo inmediatamente.
Té Verde
Se dice del té verde, que después del agua, es la bebida más saludable que existe. En el caso de la rinitis alérgica, el té verde impide la producción de histamina con lo que se disminuye la reacción y los síntomas de la alergia.
Cúrcuma
La cúrcuma tiene propiedades antioxidantes, anticancerígenas, antiinflamatorias… pero además favorece el bloqueo de la inmunoglobulina E, que a su vez, previene o disminuye los síntomas de la alergia.
Aloe
Entre las propiedades del aloe destacan las de equilibrar, estimular y mejorar defensas. Gracias a estas propiedades el aloe es capaz de mejorar la respuesta y tolerancia del organismo frente los alérgenos y además estimula la producción de fagocitos por lo que tiene efectos beneficiosos sobre el asma.
Jengibre
El jengibre es otro antídoto excelente para tratar la rinitis alérgica. Se trata de un antihistamínico natural con propiedades antivirales, antibacterianas, antiinflamatorias e inmunomoduladoras que ayudan a calmar los síntomas de la rinitis alérgica.
Ajo
El ajo contiene quercetina, un antihistamínico natural realmente eficaz en el tratamiento de resfriados y de la rinitis alérgica. Además es conocido por ser uno de los mejores antibióticos naturales, antibacteriano, antiviral y estimula el sistema inmunológico.
Vinagre de manzana
El vinagre de manzana también es un excelente antihistamínico y antibiótico natural que ayuda a reducir la intensidad de síntomas como estornudos, congestión nasal y cefáleas, entre otros. Además tiene la particularidad de regular la respuesta del sistema inmunológico frente a los alérgenos.
Solución salina
Para reducir los síntomas de la rinitis lo primero es eliminar la mucosidad de la nariz y para ello no hay cosa mejor que las soluciones salinas. La puedes comprar en la farmacia o bien, hacerla tu en casa tal como hemos indicado anteriormente. Aplicar dos veces al día.
Vapor
Las inhalaciones de vapor ayudan a descongestionar las fosas nasales contribuyendo a reducir la mucosidad y en consecuencia otros síntomas de la rinitis alérgica como los estornudos, la secreción nasal y el dolor o picor de garganta. Lo recomendable es realizarlos con algún aceite esencial como el de eucalipto, menta, romero o árbol de té para aumentar su eficacia.
Probióticos
El probiótico Lactobacillus Acidophilus reduce la frecuencia y severidad de los síntomas de la rinitis alérgica. Para ello, asegúrate si lo compras en forma de suplemento nutricional, que contenga al menos entre 2.000-4000 organismos por cápsula o comprimido.
Vitamina C
La vitamina C además de reforzar el sistema inmune es otro antihistamínico natural que ayuda a prevenir infecciones y a reducir los síntomas de la rinitis. La puedes tomar en forma de suplemento nutricional, o bien a través de la dieta mediante alimentos como los limones, naranjas, pomelo, brócoli, kiwi, pimientos, patatas, coles, tomates, fresas….
Complicaciones de la rinitis alérgica
La rinitis alérgica se puede complicar cuando los síntomas son intensos, muy contínuos y no se aprecia mejoría. También cuando solo se presentan en un solo lado o cuando aparecen otros síntomas fuera de la nariz, así como cuando la mucosidad es espesa y con color, en lugar de ser acuosa.
Estos cambios en la sintomatología pueden estar advirtiendo de una infección. Entre todas las complicaciones que puede dar una sinusitis, las más frecuentes son:
Otitis
En los oídos se forma mucosidad que es transportada hacia la nariz para ser expulsada a través de la trompa pde Eustaquio. Cuando aparece una rinitis alérgica la trompa de Eustaquio se puede taponar debida a la gran cantidad de moco y a la congestión nasal, dando lugar a una otitis que pueden ser medias, agudas o crónicas.
Sinusitis
Los senos prenasales se comunican entre ellos y con la nariz. En ellos se forma mucosidad que es transportada hasta la nariz para su expulsión. Al igual que sucede con la otitis, ante una rinitis alérgica los senos prenasales pueden taponarse debido a la congestión y la mucosidad, que a la vez se va acumulando en el interior de los senos prenasales dando lugar a una sinusitis que también puden ser agudas o crónicas.
Pólipos
Cuando la inflamación de la nariz se vuelve crónica, su capa interna puede crecer y hacerse más gruesa aumentando considerablemente el riesgo de la aparición de pólipos, que son bolas carnosas que taponan la nariz y provocan la pérdida del olfato. Cuando esto sucede, la persona afectada nota que tiene la nariz taponada y que por mucho que se suene, no expulsa moco y el taponamiento persiste.
Hipertrofia de cornetes
Los cornetes son unos huesos que se encuentran en el interior de la nariz. Cuando aparece una alergia se pueden congestionar haciendo que la capa que los recubre se engrose, haciendo que los cornetes se vuelvan hipertróficos, aumenten su tamaño y en consecuencia, taponen la nariz. Sucede como con los pólipos, el paciente siente taponamiento, se suena pero no expulsa moco.
Deformación de la boca
Otra complicación que puede acarrear una rinitis alérgica es la deformación de la boca. Cuando no podemos respirar por la nariz, lo hacemos por la boca. Esto provoca que se tenga la boca abierta durante mucho tiempo y por ello, es posible que se puedan deformar las mandíbulas, que los dientes se desplacen hacia delante y el paladar se haga más profundo. Ante este problema, si se soluciona la respiración rápidamente, la deformidad se puede corregir pero cuando se tarda más de la cuenta, puede ser necesario recurrir a la ortodoncia para corregir estos problemas.
¿Puede una rinitis desarrollar asma?
Sí. Algunas personas empiezan presentando síntomas de rinitis alérgica que con el paso del tiempo da lugar a la aparición de los primeros signos de asma. Aún así, no todas las personas que padecen rinitis acaban desarrollando asma.
Por desgracia, es muy difícil poder saber si una persona con rinitis acabará siendo asmática pero se sabe que aquellas que tienen más alergia son más propensas a desarrollar asma en un futuro.
Cuanto mejor se cumpla con el tratamiento de la rinitis alérgica y cuanto más se evita la exposición a alérgenos, menos posibilidades habrá de que aparezca el asma.
Rinitis alérgica: consejos adicionales
Las personas alérgicas o con rinitis alérgica también pueden encontar un buen apoyo para reducir la sintomatología en la alimentación. Existen algunos alimentos que contienen histamina en mayor cantidad y que evitándolos contribuirán a paliar los síntomas:
- Pescado crudo en conserva
- Marisco
- Queso curado
- Carnes y pescados curados y ahumados
- Embutidos
- Legumbres, sobre todo los garbanzos, la soja y sus derivados.
Para reducir los síntomas también se recomienda seguir una dieta rica en hidratos de carbono complejos y baja en grasas.
Se recomienda suprimir el consumo de cafeína, bebidas alcohólicas y tabaco al menos durante unos días.
También, se recomienda controlar el polvo mediante el uso de mascarillas, así como utilizar aparatos de aire acondicionado en lugar de ventiladores. Los deshumidificadores también pueden sernos de gran ayuda para reducir la humedad interior.
Si tienes mascotas no permitas que duerman en la misma habitación que tú, al menos mientras se tengan síntomas de alergia o rinitis.
Bebe suficiente agua al día, entre 1.5-2l., para mantenerte bien hidratado y facilitar la descongestión y la expulsión de la mucosidad.
Cuando llegues a casa, toma una ducha o un baño y cámbiate de ropa con frecuencia para eludir la exposición a alérgenos. Protege también las almohadas y sábanas de los ácaros poniendo una sábana por encima.