Mitos y verdades sobre las plantas medicinales

Mitos y verdades sobre las plantas medicinales

Todos en algún momento hemos recurrido a las plantas medicinales para aliviar algún síntoma o tratar alguna enfermedad. La manzanilla para calmar el dolor de barriga o combatir la conjuntivitis, infusiones de valeriana para dormir mejor, tomillo para resfriados, aloe vera para heridas en la piel…  Si bien, las propiedades terapéuticas de las plantas son muy variadas, también lo son los mitos que las rodean, y de eso os queremos hablar en este artículo, de los mitos de las plantas medicinales.

La gran mayoría de plantas medicinales que utilizamos hoy en día, han sido empleadas desde tiempos muy remotos, a lo largo de toda nuestra historia. A día de hoy, la mayoría de estas plantas cuentan con estudios científicos que demuestran su eficacia y a menudo son utilizadas en la elaboración de numerosos medicamentos.

Las plantas medicinales son medicamentos pero en cantidades muy pequeñas. Gran parte de los fármacos que utilizamos se obtienen de las plantas y por este motivo, hay que tener cuidado con  su consumo ya que pueden interactuar con otros medicamentos o suplementos nutricionales.

Es vital antes de consumirlas, conocer sus usos e indicaciones, evitar su abuso y tener muy en cuenta de que su ingesta puede interactuar con otros medicamentos que se nos hayan recetado.

 

plantas medicinales - equinácea

 

Con la finalidad de que os sea más fácil hacer un uso responsable de las plantas medicinales, vamos a mencionaros los mitos más populares que las rodean y que existen sobre ellas.

 

Mitos y verdades sobre las plantas medicinales

 

1.- Las plantas, al ser naturales, son seguras y no dañan la salud. 

Actualmente vivimos una época en la que lo «natural» se asocia con «lo mejor», haciéndonos pensar que los productos naturales son sanos, inofensivos y beneficiosos para la salud. Éste es el gran engaño de lo natural. A pesar de la percepción generalizada, lo cierto es que las plantas medicinales pueden tener efectos adversos evidentes debido a las sustancias químicas que poseen. Además, muchas plantas si no son manipuladas con cuidado pueden llegar a provocar trastornos de salud. Al igual que los medicamentos hay que saber usarlas, hacerlo con cuidado y en dosis y condiciones correctas.

 

2.- Cuantos más remedios naturales con plantas medicinales se tomen, antes se obtendrán resultados.

Las plantas medicinales no hacen efecto de inmediato. De hecho, tardan más tiempo que los medicamentos en hacer efecto. Los principios activos de las plantas se suelen ir acumulando poco a poco y por ello se necesita un periodo de medicación más prolongado. Cuando tomamos más cantidad de la recomendada o bien los excesos los eliminamos o se van acumulando pudiendo llegar a ser arriesgado y acarrearnos algún problema de salud.

El principio activo es el que determina el potencial efecto beneficioso de la planta. Por ejemplo, no es lo mismo tomar 500mg de paracetamol que tomar 15gr. En el caso de las plantas medicinales sucede lo mismo pero resulta prácticamente imposible conocer la concentración de principio activo que lleva un preparado ya que depende de la estación en la que se desarrolla la planta, del lugar en el que crece, las condiciones climatológicas, etc… Por ello, saber la cantidad de principio activo que hay en una determinada planta es difícil, así como lo es dosificar correctamente la planta para obtener los efectos deseados pero lo que nunca debemos hacer es consumirlas sin conocimiento y sin saber qué cantidad diaria segura debemos tomar.

 

 

3.- Se pueden comprar plantas medicinales de calidad en cualquier sitio.

Aunque las plantas medicinales pasan por controles de calidad, el cultivo, la recolección y la clasificación de las plantas son vitales para asegurar la calidad y seguridad del producto. Opta por plantas 100% orgánicas, ecológicas y sostenibles en cuyo proceso de plantación no se hayan utilizado productos químicos, ni otros derivados o añadidos. En el caso de quererlas para hacer infusiones, procura que la planta no esté muy machacada. En este caso, nuestra recomendación es que compres la planta a granel en herbolarios de confianza.

 

4.- Las plantas medicinales es preferible emplearlas secas.

Depende de la planta y de cómo vayamos a usarla. Si vamos a utilizar la planta en alguna receta de cocina para comerla, lo mejor es utilizarla fresca ya que así se consigue un sabor y aroma más intenso. En el caso de las tinturas y extractos también se recomienda utilizar planta fresca. A la hora de hacer infusiones, para poder aprovechar todos los beneficios y propiedades curativas de las plantas medicinales, es recomendable utilizar siempre la planta previamente desecada. El Aloe

 

[Tweet «Al igual que los fármacos, las plantas medicinales durante el embarazo no pueden consumirse»]

 

5.- Los remedios con plantas medicinales pueden ser más útiles que algunos tratamientos clínicos.

Cierto, siempre y cuando se utilicen de la manera correcta y concienzudamente. No existen tantas diferencias entre una planta medicinal y un medicamento convencional. La principal diferencia se encuentra en que los medicamentos sintéticos cuentan con principios activos que han sido constituidos en un laboratorio y las plantas medicinales son más naturales pero aún así, la mano del hombre tiene siempre la posibilidad de incrementar la dosis de principios activos y otorgarle más fuerza al medicamento o suplemento nutricional. De hecho, se recetan a diario suplementos nutricionales naturales a base de plantas para tratar numerosas dolencias.

 

6.- Los suplementos de hierbas medicinales no interactúan con la mayoría de medicamentos.

Esta afirmación es totalmente errónea. Siempre debemos informar al médico si estamos tomando cualquier tipo de suplemento nutricional ya que las plantas medicinales pueden interactuar con los medicamentos. A la hora de utilizar plantas medicinales hay que tener en cuenta de que las plantas son compuestos químicos que actúan en combinación con la propia química del organismo.

Un grave error que cometen muchas personas es justamente este, el tomar medicamentos convencionales con plantas medicinales sin decirle nada a su médico. Los efectos del medicamento pueden interaccionar con los de las plantas medicinales potenciándolos o dando lugar a efectos adversos y problemas de salud imprevistos.

 

7.- Algunas plantas medicinales en altas dosis pueden provocar enfermedades por su toxicidad

Muchas plantas contienen componentes que en altas dosis pueden resultar tóxicos. Por ejemplo, la hiedra se utiliza en un sinfín de preparados para combatir el resfriado y la tos pero en dosis altas produce trastornos digestivos, somnolencia y hasta convulsiones con elevación de la temperatura corporal. Por ello, conviene respetar siempre las dosis indicadas y en caso de duda consultar con el farmacéutico.

 

8.- Los remedios elaborados con hierbas medicinales tienen un proceso de elaboración delicado

Los suplementos nutricionales y medicamentos elaborados con plantas medicinales tienen un proceso de elaboración delicado. Los fabricantes más rigurosos siempre trabajan únicamente con materias primas de alta calidad y de origen demostrado y además durante todo el proceso de elaboración se somete tanto a la planta, como al producto final a numerosos controles de calidad.

 

9.- Utilizar varias hierbas y combinarlas con sustitutos de apariencia similar no afecta a la salud

Esta afirmación es falsa. Tal como hemos comentado anteriormente las plantas interactuan tanto con medicamentos, como con otras plantas pudiendo afectar a la salud.

 

10.- La homeopatía es una medicina natural con plantas

A menudo, se suele afirmar que la homeopatía es una medicina natural con plantas pero esto no es así, y lo cierto es que dista bastante de la realidad. La homeopatía no hace un uso de plantas, sino también de sustancias de origen animal y mineral. Por otro lado, la dilución en homeopatía es infinitesimal.