El ácido alfa-linolénico (ALA) y el ácido linoleico (LA) contribuyen al mantenimiento de los niveles normales de colesterol en la sangre.
Son muchas las propiedades y ventajas para la salud que aporta el consumo de aceite de linaza. La experta señala algunas de las más destacadas:
Efecto laxante: debido a su composición en sustancias mucilaginosas y fibra alimentaria. “En contacto con el agua, los mucílagos forman un gel viscoso y voluminoso que incrementa el volumen de las heces, promoviendo el peristaltismo y las mantiene blandas como consecuencia de la retención del agua”, explica Martínez.
Emoliente dermatológico: gracias a su capacidad en la retención de agua, los mucílagos del lino pueden hidratar la piel y las mucosas.
Hipolipemiante: esta característica se debe a una disminución de la absorción intestinal controlada por los mucílagos y el efecto de los ácidos grasos insaturados.
Hipoglucemiante: los mucílagos pueden reducir la absorción intestinal de glúcidos al hincharse en el intestino, formando un gel viscoso.
Debido a estas propiedades, el aceite de linaza resulta ser muy beneficioso en la reducción del colesterol elevado, siempre y cuando se acompañe de una dieta sana y equilibrada, ya que no es efectivo por sí solo.
Su consumo ayuda a disminuir el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, como un infarto o hipertensión arterial. Martínez apunta que también puede ayudar contra la sequedad en los ojos que provoca el síndrome de Sjögren y que ayuda a calmar el revestimiento interior de los intestinos inflamados, ayudando en el tratamiento de la enfermedad de Crohn y la colitis.
Además de todos estos beneficios mencionados, también sirve para: reducir el riesgo de cáncer, ayudar al crecimiento de un pelo sano y de las uñas, lograr una piel sana, reducir los síntomas de la menopausia y quemar grasa corporal. Así como para tratar la gastritis, la acidez gástrica y la inflamación intestinal.
Entre otras de sus funciones, destacan la eliminación de toxinas, su poder antibacteriano, favorece la dilatación de las arterias y actúa como emoliente o suavizante.
En definitiva, el aceite de semilla de linaza se puede emplear en el tratamiento de enfermedades en las que se produzcan inflamaciones, como la artritis reumatoide o el lupus, e incluso para hacer frente a algunos de los síntomas producidos por el síndrome premenstrual.
Junto con sus diversas propiedades medicinales también hay que incidir en sus beneficios para el cerebro, gracias a sus nutrientes que producen más neurotransmisores, proporcionando una dosis de energía para él. Esto ayuda a un mejor funcionamiento mental en los ancianos y en problemas de conducta como la esquizofrenia.
Adecuado para vegetarianos y veganos
INGREDIENTES
Aceite de linaza (aceite de linaza), almidón modificado, glicerina, carragenano, fosfato di-sódico.
MODO DE EMPLEO
Aceite de linaza (aceite de linaza), almidón modificado, glicerina, carragenano, fosfato di-sódico. Tome 1-6 cápsulas al día con los alimentos.
No exceda la ingesta recomendada.
Son muchas las propiedades y ventajas para la salud que aporta el consumo de aceite de linaza. La experta señala algunas de las más destacadas:
Efecto laxante: debido a su composición en sustancias mucilaginosas y fibra alimentaria. “En contacto con el agua, los mucílagos forman un gel viscoso y voluminoso que incrementa el volumen de las heces, promoviendo el peristaltismo y las mantiene blandas como consecuencia de la retención del agua”, explica Martínez.
Emoliente dermatológico: gracias a su capacidad en la retención de agua, los mucílagos del lino pueden hidratar la piel y las mucosas.
Hipolipemiante: esta característica se debe a una disminución de la absorción intestinal controlada por los mucílagos y el efecto de los ácidos grasos insaturados.
Hipoglucemiante: los mucílagos pueden reducir la absorción intestinal de glúcidos al hincharse en el intestino, formando un gel viscoso.
Debido a estas propiedades, el aceite de linaza resulta ser muy beneficioso en la reducción del colesterol elevado, siempre y cuando se acompañe de una dieta sana y equilibrada, ya que no es efectivo por sí solo.
Su consumo ayuda a disminuir el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, como un infarto o hipertensión arterial. Martínez apunta que también puede ayudar contra la sequedad en los ojos que provoca el síndrome de Sjögren y que ayuda a calmar el revestimiento interior de los intestinos inflamados, ayudando en el tratamiento de la enfermedad de Crohn y la colitis.
Además de todos estos beneficios mencionados, también sirve para: reducir el riesgo de cáncer, ayudar al crecimiento de un pelo sano y de las uñas, lograr una piel sana, reducir los síntomas de la menopausia y quemar grasa corporal. Así como para tratar la gastritis, la acidez gástrica y la inflamación intestinal.
Entre otras de sus funciones, destacan la eliminación de toxinas, su poder antibacteriano, favorece la dilatación de las arterias y actúa como emoliente o suavizante.
En definitiva, el aceite de semilla de linaza se puede emplear en el tratamiento de enfermedades en las que se produzcan inflamaciones, como la artritis reumatoide o el lupus, e incluso para hacer frente a algunos de los síntomas producidos por el síndrome premenstrual.
Junto con sus diversas propiedades medicinales también hay que incidir en sus beneficios para el cerebro, gracias a sus nutrientes que producen más neurotransmisores, proporcionando una dosis de energía para él. Esto ayuda a un mejor funcionamiento mental en los ancianos y en problemas de conducta como la esquizofrenia.
Adecuado para vegetarianos y veganos
INGREDIENTES
Aceite de linaza (aceite de linaza), almidón modificado, glicerina, carragenano, fosfato di-sódico.
MODO DE EMPLEO
Aceite de linaza (aceite de linaza), almidón modificado, glicerina, carragenano, fosfato di-sódico. Tome 1-6 cápsulas al día con los alimentos.
No exceda la ingesta recomendada.